CASA EN LOMAS DE LA CAROLINA
Córdoba, Argentina.
Proyecto 1996
Construcción 2001
La razón y la experiencia
Como en todo proceso de diseño, la razón guía los procesos lógicos que pueden servir para explicar el porqué de algunos inicios y terminaciones; mientras la experiencia de la arquitectura, el placer de percibir y residir, se encarga de modelar el resto, asintiendo o destruyendo lo construido. Cuando las dos circunstancias se conjugan, se podría decir que la obra alcanzo su objetivo (la satisfacción de quien la vive, con la comprobación de las hipótesis lógicas que la generaron) . R.S.
Esta casa, proyectada en 1996 y construida siete años después, tiene una lógica de proyecto que le pertenece, nace desde el cruce fundacional de los ejes cartesianos casi al centro de un terreno de 30 x 50 m. y desde allí se extiende hacia los cuatro puntos cardinales, dando como resultado una construcción en cruz, que, más allá de la abstracción del concepto, responde a la idiosincrasia (auténtica) de los propietarios, a la mejor orientación y a la racionalidad constructiva.
Es una casa blanca, se lo decidió como contrapunto a la frondosa vegetación nativa existente. Las habitaciones principales, y sus aberturas, se dan sobre las caras norte y este, mientras el sur es ocupado por los servicios y el oeste, siego, queda resguardado por una profunda cochera/quincho.
La habitación de servicios es el único volumen exento que sirve para construir el (obligado) patio/tendedero, siguiendo lo que sería el argumento compositivo general: evitar todo elemento no necesario a la satisfacción real de la residencia.
La distribución del programa consiste en una planta alta transversal a la calle con las habitaciones de los hijos hacia el fondo y la suite de los padres hacia delante. El centro, punto neurálgico, cruce central de la vivienda, queda marcado por el vacío, la escalera de un tramo y la terraza norte. En planta baja, bajo el mismo prisma se alinean el estar y estudio, el ingreso y comedor y la cochera/quincho sucesivamente desde la calle hacia el fondo del lote. El cruce central, en este caso, se abre con una rama norte para el estar diario y una sur para la cocina y el lavadero.
La rigurosa geometría se ve sólo afectada por las pircas que enmarcan la escalera hacia el ingreso principal, cuyo ángulo responde al paso entre los árboles y sirven para señalar un horizonte de piso con respecto al terreno natural.